lunes, 20 de diciembre de 2010

El dia que me encontré a mi mismo y salvé al Universo.

Castillo de Calatañazor. Junio de 2010.

En mi último viaje en moto fui a Soria. Fue este año, poco antes de San Juan. Un fin de semana en compañia de otros moteros, llegados de Galicia, Madrid, Asturias y el País Vasco. El sábado salimos de ruta, y al poco de empezar paramos en Calatañazor.

Después de darme una vuelta por las ruinas del castillo me senté en un muro, con los pies colgando, como una versión en traje de cuero del Sr. Huevo de Alicia en el País de las Maravillas. Y llegaron un par de coches. Aparcaron unos metros más allá de donde me encontraba y bajaron sus ocupantes. Todo mujeres, de distintas edades, y un niño de unos tres o cuatro años como mucho.

Lo observé con curiosidad. Piel muy blanca, cara redonda y un pelo rizado muy rubio. Se parecía un montón a mí en las fotos que guarda mi madre de cuando tenia esa edad. Me hizo gracia. Los rubiales paliduchos no somos lo más abundante en este país y tenemos una especie de sentimiento gremial.

Él también se me quedó mirando, con una sonrisa, y saludándome con la manita me dijo: "Hola señor!".  Mi madre siempre cuenta, a quién la quiera escuchar, que yo de pequeño iba por la calle saludando a todo el mundo que se quedaba mirándome de la misma manera. De hecho era conocido en el barrio por ello. Siempre saludaba, a todo el mundo, lo conociera o no, y les trataba de usted. Que uno no nació rico, pero la educación es gratis.

Le respondí saludándole con la mano. Un tímido movimiento al estilo Reina Madre mientras pensaba en la situación. Ya sería la leche que se llamara igual que yo. Es más, DEBÍA llamarse como yo. Entonces, una de las mujeres del grupo, la que yo suponí su abuela, le llamó por su nombre. Evidentemente, el nombre era Héctor.

Si le hubiera dirigido la palabra supongo que hubiera habido un colapso del espacio/tiempo. Se llama Paradoja Temporal. Lo aprendí de la trilogía de Regreso al Futuro. Nos libramos por poco... Así que, a mi manera, ése dia fuí un héroe y salvé al Universo. Y además conocí a mi doble.

Pequeño Héctor. Si algún dia lees esto, sepas que serás un tío feliz y con suerte. No dejes que el mundo te lleve la contraria, no tiene razón. Un abrazo de tu yo futuro.

5 comentarios:

  1. Debiste advertirle de no coger ese ascensor en el que nos quedamos atrapados en el Juan de Austria y por el que nos metieron una buena bronca... Y decirle un par de numeros premiados!

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  2. Soy Jose Marcos, btw, no se porque me sale ese nombre tan raro! ;)

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  3. José Marcos, si le hubiera advertido de todas las broncas que le iban a meter aún iría por el año '86, cuándo le pegué todos los cromos a un compañero de clase dónde no tocaba en el álbum del Mundial de México. No veas la que me cayó mientras Maradona tomaba la capitanía de la extinta RFA junto a Butragueño y Smolarek. La del ascensor del Juan de Austria no está en el Top Ten, aunque creo que hizo puntos para mi "traslado". Además debes tener en cuenta todo el rollo de los colapsos temporales, que con eso no se juega. Y si te sale ése nombre tan raro en el perfil y no sabes por qué... Cambia de oficio :) Si te acercas un día por el barrio avisa.

    Anónimo, efectivamente, un mini-yo!

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  4. Seguramente debí crearme una cuenta asociada a google en blogger y le puse ese nombre aleatorio para no pensar porque solo querría ver algo de forma rápida y pedía registro, y así se habrá quedado. ;)

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