miércoles, 2 de febrero de 2011

Equipo fotográfico para pobres I: El trípode.

Abusón...

Como algunos ya sabréis he vendido la moto hace poco, y he decidido invertir parte del capital conseguido en ampliar y renovar mi equipo fotográfico. Lo primero que tocaba renovar era el trípode. Mi viejo Slik de aluminio comprado de 2º mano en Foto Casanova allá por el año 2000 por el asombroso precio de 2000 pesetas ya casi no se aguantaba por sí solo, y menos con una cámara encima, así que la decisión estaba más que tomada.

Además es lo que marca la diferencia entre un "aficionado" y un "profesional"... Al menos es lo que piensan en muchos sitios en donde no te dejan hacer fotos si usas un trípode, por que los "profesionales" hacemos las fotos con trípode. Ya se sabe que los "aficionados" normalmente se gastan la pasta en cámaras con gran rendimiento a altas sensibilidades y en objetivos estabilizados súper-luminosos y los "profesionales" normalmente adolecen de pulso inestable y objetivos que te regalan cuando compras la cámara en Andorra o en el MediaMarkt más cercano.

Así pues, con la idea fija de comprar un trípode adecuado a mis necesidades y que mejore el actual en prestaciones (o sea, que aguante la cámara de forma segura y la mantenga mirando más o menos donde quiero sin tener que usar cinta americana), me entretengo con los catálogos de Gitzo y de Manfrotto con el mismo espíritu entusiasta con el que entraría en un concesionario Pagani, en un distribuidor MontBlanc o en la tienda de Rolex: "¿Y me puede usted decir cuánto cuesta éste?... Ah vale... ¿Y si le traigo el viejo a cambio qué me dan? ¿Y lo puedo financiar?". Gitzo y Manfrotto hacen unos productos cojonudos, pero se pagan. El día que los pueda desgravar de la cuenta de resultados serán una inversión. Ahora mismo serían un capricho poco recomendable, que no está el horno para bollos.

De vuelta a la tierra decido buscar un producto manufacturado más adecuado a mi exigua cuenta corriente, y trasteando por internet encuentro una opción que parece hecha a mi medida (y probablemente a la medida del 90% de aficionados a la fotografía). Un trípode con rótula de bola medianamente robusto, no muy pesado, con zapata rápida y tan alto como yo, puesto en casa por poco más de 40€. Concretamente un Fancier FT-6662a. ¡Gracias Google, gracias Ebay y gracias a todos aquellos que os dedicáis, como yo, a contar vuestra vida por internet a desconocidos!

Al cabo de unos días recibo un paquete en casa y procedo a chequear sus cualidades. Quedo gratamente sorprendido. Los cierres rápidos para las patas extensibles no tienen muy buen tacto pero parecen resistentes, y al extender las patas no va todo lo suave que debería, pero se solucionará con el uso. El tornillo que sujeta la columna central tiene un mando pequeño y es incómodo de usar, pero será fácilmente sustituible y mejorable cuando se rompa. Y para invertir la columna central hay que currárselo un poco, pero bueno... Minucias. La rótula funciona como debería, aunque hay que fijarse bien al fijar la zapata de la cámara. Si no lo haces, tranquilo, la cámara no caerá al suelo, pero se moverá un poco. Y si pones la cámara en el trípode es para que no se mueva, no?  Solo me falta acoplarle un gancho para colgar la bolsa de contrapeso.

De todas formas, hay un par de detalles idiotas que cantan un poco. El primero es que el dibujo del trípode que viene en el embalaje no coincide del todo con el producto que hay dentro. Y justo lo que no coincide del dibujo es la mierda de rosca que fija la columna central, ¡qué casualidad!. El segundo es que el trípode lleva una brújula incorporada en su parte superior. Toda una declaración de intenciones. Es un trípode aventurero que te acompañará al fin del mundo y te guiará cuando te pierdas. Ya me imagino haciendo vivac en las llanuras del Gran Norte Blanco para fotografiar la salida del sol con mi fiel trípode... Y mejor me llevo un GPS para saber por dónde sale el sol, por que la brújula no marca el norte ni por accidente. Si no va a funcionar, no la pongas hombre, y quedas mejor. También lleva un nivel de burbuja que te dirá si el trípode está nivelado. El trípode, no la cámara. Eso te lo tendrás que currar tú.

En resumidas cuentas, el nuevo miembro de mi familia de cachivaches fotográficos es un trípode que ofrece mucho a cambio de poco, y encima te regalan una bolsa para guardarlo. Ahora toca usarlo. Que para eso lo he comprado, por muy barato que sea.

Apa, ¡Salut i Peles!

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